Una especialidad que la hace distinta. Única. Marien atiende a discapacitados
Cruza la calle con andar de gacela. Su casi metro ochenta. Sus cuarentaitantos años. Ella es Marien en su vida profesional y Montse cuando recupera su auténtico yo [y viceversa]. Su cuerpo es su negocio. Cruza y nos invita a visitar su refugio. Estamos en un pueblo de costa a 50 kilómetros de Vigo donde ella está de vacaciones. Se ve el Atlántico y la montaña desde la ventana de su apartamento. Ella es prostituta. Pero con una especialidad que la hace distinta. Única. Marien atiende a discapacitados. "Hombres con síndrome de Down, tetrapléjicos, quemados, gente que padece obesidad mórbida... Comencé hace 11 años...". En plena charla, las olas, la lluvia y el viento se cruzan formando un sonido ambiental extraño, de distorsión natural. Es Jueves de Pasión y, por momentos, el ruido se hace tenue. Permite escuchar mejor lo que dice Montse. Comenta, como si fuera un confidente, los inicios de Marien. Ella encontró su senda atendiendo a aquellos que ninguna otra prostituta quiere.
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Via elmundo.es
1 comentario:
me parece genial lo que haces
solo un angel con cuerpo de mujer podria hacerlo
un beso y un abrazo
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