Es uno de esos pequeños misterios cotidianos que llaman la atención del curioso.
Pero, en realidad, no tiene nada de misterioso. Sabido es que estos aparatos han de cumplir unas rigurosas normas de seguridad para evitar que ningún usuario sufra daño alguno. Que pasan frecuentes revisiones de mantenimiento y que tienen instalados mecanismos que detienen de forma inmediata el funcionamiento en el caso de detectar un posible atrapamiento.
Y otro de los mecanismos de seguridad es la diferencia de velocidad entre el pasamanos y los escalones. Pero… ¿por qué es eso algo más seguro?
La cinta de caucho del pasamanos se mueve constantemente en círculo y es muy normal que sufra cierto deslizamiento a causa del rozamiento, esto es, que siempre resbala algo sobre su guía. Y siempre lo hace hacia atrás, al contrario del sentido de su desplazamiento.
Este movimiento es mínimo y depende de la temperatura y la humedad ambiental que influyen sobre la goma, pero existe. De manera que los escalones y el pasamanos no podrán ir siempre sincronizados.
Si estamos subiendo con la mano apoyada en el pasamanos y éste se retrasa con respecto a los escalones, nuestra mano se irá quedando hacia atrás y podría causar la pérdida del equilibrio y hacernos caer hacia atrás, escaleras abajo.
Para evitar esta situación, la normativa dispone que el pasamanos circule más rápido que los escalones (aproximadamente un 2% más rápido) de manera que se contrarresta de sobra el posible deslizamiento y se evita el peligro de caída.
Cuando la escalera es de bajada el pasamanos circula más lento, pues si lo hiciera más rápido nos empujaría hacia adelante y hacia abajo, que es precisamente lo que se quiere evitar.
Visto en sabercurioso.com
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