No hace falta ser científico para entender esto, basta con ejemplo bastante sencillo.
Llena con agua dos recipientes, y en uno de ellos agrega jabón. Ahora, mete una mano en cada recipiente por unos segundos y entonces sácalas. Verás que la mano que introdujiste en el agua con jabón está más mojada.
Otra opción es meter un paño de cocina en cada recipiente, esto es para que no te engañe el tacto o la percepción sensorial, y después de unos segundos notarás que el agua con jabón ha mojado más que simplemente el agua.
Ahora bien, ¿por qué sucede esto?Es simple, el agua tiene una tensión superficial, que provoca que se formen gotas de determinado tamaño y que en cierto modo impide que el agua se mantenga unida y no se desprenda de sí misma. Esta tensión superficial es visible al contemplar a un mosquito caminar sobre el agua, sus delgadas patas deprimen el agua, pero no llegan a penetrarla, a esto se conoce como tensión superficial.
Una vez que introducimos jabón al agua, la tensión superficial del agua disminuye, por que lo que es más fácil romper su superficie, creando gotas más diminutas, y volviendo al ejemplo del mosquito, ésta vez sus patas se hundirán.
¿Y si metemos la mano en un barreño con mercurio? El mercurio puro es un líquido en condiciones ambientales, y además de una densidad altísima por lo que tiene una tensión superficial también muy elevada. Esto hace que no nos moje en absoluto, y nos queden las manos totalmente secas. Por ejemplo, cuando se rompe un termómetro se forman bolitas de mercurio, que si su tensión superficial fuera como la del agua, se formarían bolitas más grandes.
La próxima vez que veas el agua piensa en que sí existe algo que moja más que la mismísima agua.
Via planetacurioso.com y culturatrivial.blogspot.com
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